Es acercarte y engullirme una atracción incontrolada. Tu presencia es una lluvia de flechas agujereando mis verdes olivas, por donde se vierte el aceite en el que resbalan mis más íntimos deseos. Aunque prefiera el amor embudo, que entra lento y seguro, el cuerpo me pide ser esclavo del instinto animal.
Desnúdame,
abrígame con tus manos
y báñame con el perfume de tu piel,
acércame el manantial de tu
boca
que necesito saciar esta sed.
No quiero recesos,
solo quiero besos,
y por cada suspiro
una palabra de amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario