y con un ejército animal
ondeando al viento
la bandera de un mundo mejor.
Ser el pájaro carpintero
que picotea
el tronco de la especulación
y deja al descubierto
su miserable intención.
Ser la serpiente
que estrangula la avaricia
y envenena lo corrupto.
Ser la cebra
que tiñe de blanco y negro
el exceso de colorido
del capitalismo salvaje.
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