COMERCIAL A PUERTA FRÍA

Amanece sobre el pueblo y los ancianos, que caminan lentamente descargando su peso sobre su amado bastón, van llenando de vida las calles y plazas. Sus "Buenos días" son las primeras palabras de una mañana soleada de invierno que arrecia con un viento gélido silbando entre las calles. Otro día más que toca avanzar sobres baches y pendientes, mientras pienso alternativas que allanen esta senda. Deambulo entre las calles llamando puerta por puerta, preparado con el arma de un discurso mañoso y el rayo de la improvisación para romper el duro hielo ante futuros clientes. Y es que forastero soy, víctima de la incertidumbre que oscurece mi futuro y bloquea mi presente.